Normal 0 21 false false false MicrosoftInternetExplorer4 Por Maria Moreno y GiselaPereyra
Un grupo deantropólogos, realizando excavaciones en un yacimiento en el sur de Europa,encontraron un escrito que data de la Edad Media. Aunque no se sabe con precisión quienlo escribió, ya que no contiene firma ni otro tipo de dato, se pudo descifrar,por las letras que figuran, que se trata de varias personas, aparentementecampesinos, que fueron completando esta historia en el transcurso del tiempo yademás que la información con la que contaban, deseaban transmitirla, quiensabe don que fin.
A continuaciónmostraremos el escrito:
Los pueblos germanosvivían más allá de la frontera. Según cuentan, tienen costumbres muy primitivas,“…cazan y viven en la ociosidad. Seestablecen en lugares aislados y apartados y visten pieles de fiera…”. Suspermanentes ataques destruían ciudades, cosechas y ganados. A causa de ello elcomercio disminuyó y se produjo gran escasez de mercadería en la ciudad y apesar de la intervención del poder imperial en la economía, tuvimos que optarpor emigrar al campo, para darles mayor seguridad a nuestras familias.
Allí losterratenientes necesitaban mano de obra, trabajando las parcelas que les dabanlos grandes propietarios, a cambio de la tercera parte de lo cultivado. De estaforma, nos quedamos trabajando allí, además teníamos como condición el estarfijo a la tierra en la que trabajábamos.
Dicen que al ingresarlos pueblos germanos, sus reyes eran asesores por una asamblea de hombreslibres. Entre el rey y sus guerreros se establecían lazos de fidelidad ydependencia personal, “…los compañerosdel príncipe procuran por todas las vías alcanzar el primer lugar cerca de él,el príncipe pelea por la victoria y los compañeros por el príncipe…”.
Estos pueblos una vezinstalados se convirtieron al cristianismo, quizás para obtener el apoyo de laiglesia, a su vez lograron hacer un intercambio cultural logrando un verdaderafusión.
Una de lasconsecuencias que surgieron fue el traslado de más gente hacia el campo,algunos en condición de campesinos libres, estos arrendaban los mansos al señory debían pagarlos con dinero y con parte de sus cosechas y algunas veces debíanrealizar una serie de prestaciones personales, otros en cambio, bajo lacondición de siervos, estos éramos propiedad del señor y no podíamos abandonarel feudo.
Estos campesinos quellegaban, traían consigo mucha información, de la que nosotros no estábamos altanto, sobre lo que ocurría entre la nobleza.
Nos contaron que elreino de los francos, gobernado por la Dinastía Merovingia,estaban representada por los mayordomos del palacio. Uno de ellos se llamabaMartel y había vencido a los musulmanes y que su hijo Pipino, se hizo coronar ydio origen a la Dinastía Carolingia.
Cuentan que Pipinotenía mucho poder, “…y que fue a verloel Duque de Baviera para encomendarse a él en vasallaje, jurándole fidelidad aél y a sus hijos Carlos y Carloman, ya que ellos serían los herederos delreino…”
Para ello se llevó acabo un ritual que comienza “…cuando elvasallo coloca sus manos juntas en las manos del señor, quien las cierra sobreellas. Luego este debe declararle su voluntad y jurarle fidelidad de pie y consus manos sobre los libros sagrados. Este acto se cierra con un beso…”
Al morir Pipino, elpaís de los griegos estaba el imperio de una mujer. “… entonces le pareció justo al papa León y a todos los padres que enasamblea se encontraban, así como a todo el pueblo cristiano, que debían dar elnombre de emperador al rey de los francos, Carlos, que ocupaba Roma… Habiendoconsentido Dios omnipotente colocar estos países bajo su autoridad, pareciójusto y no quiso el rey Carlos rechazar esta solicitud…”
Al desintegrarse elimperio Carolingio, los reyes que habían perdido poder, comenzaron a entregarsea los nobles y a cederles de suautoridada cambio de su apoyo.
A estas concesiones sellamó feudo.
“… era una tenencia concedida gratuitamente a su vasallocon vista de procurarle su legítima manutención para que le proporcione losservicios requeridos…”
Por su parte elvasallo tenía deberes que cumplir para con el señor, que se encuentran escritosa modos de ser cumplidos.
“… aquel que jura fidelidad a su seño debe tener siemprepresente las siguientes palabras: sano y salvo, seguro, honesto, útil, fácil yposible… el señor debe devolver por todas estas cosas algo equivalente a suvasallo fiel…”
Mientras quefantaseábamos con las historias que escuchábamos, seguíamos ligados a latierra. Todos los días, salvo alguna excepción, trabajábamos la tierra, aunqueapenas nos alcanzaba para vivir.
La sociedad seencontraba dividida en tres órdenes:
“…el orden eclesiástico, el noble y el siervo. Los noblesson los guerreros, protectores de la iglesia y del pueblo. La clase es de lossiervos…”ala cual pertenecemos. Todo cuento poseemos lo ganamos con sudor y lágrimas.Así, estas tres órdenes, tan jerarquizadas organizadas y tan desigualdivididas, permanecen ligadas retroalimentándose la una con la otra, sin darposibilidades de cambios.
En un momentocomenzaron a verse una serie de cambios, en lo que respecta a nuestro trabajo.Uno fue el de las herramientas que nos proporcionaban, además el sistema bienalfue reemplazado por el trienal.
Al mismo tiempo secomenzaron a roturar las tierras marginales, expandiéndonos, a la vez quecrecía más nuestra población.
Una noche, yacansados, nos reunimossecretamente enasamblea con algunos miembros de la aldea y decidimos huir hacia la ciudad, conla esperanza de una mejor vida.
En la ciudad habíacomenzado a funcionar nuevamente el mercado, y aunque nosotros no éramosexpertos, sabíamos algo de artesanías. Así que comenzamos a trabajar eintercambiar nuestros productos en el mercado.
Pronto, notamos queeran muchos los que se dedicabanalartesanado y decidimos agruparnos en gremios. Allí nos encargábamos de regularla cantidad de los productos que se podían elaborar, la calidad de losartículos y su valor. Además, a ser una profesión, contaba con diferentesjerarquías: estaba el aprendiz, que era aquel que recién se iniciaba y queluego de un tiempo podía ascender a oficial hasta llegar a maestro artesano.Recién ahí podía tener su propio taller y ser miembro del gremio.
En el reglamento delos gremios de trabajo en París decía:“…cada maestro puede tener en su casa un aprendiz, no más (…) y nadie debeempezar a trabajar antes de levantar el sol, bajo pena de multa de doce dineropara el maestro y seis para el oficial…”
Esta es la últimapágina del documento, aparentemente el final de esta familia fue feliz. Quizáshalla algo más escrito, y que copudo ser hallado o que el paso del tiempo pudohaber destruido, también puede ser probable que a esta familia la hallaalcanzado la peste negra, o que fueran una de las tantas víctimas de la guerrade los cien años. Esto quizás nunca lo sepamos.
