
Por Luis González
Ya que estamos a full con los griegos vamos ahacer como el viejo Euclides (una de las dos personas, junto conmigo, que hancontemplado la “belleza pura”, yocuando vi el hermoso culo de Alice sobre mi cama, y el Viejo, cuando vio a la mismísimageometría).
El tipito agarro y dijo. “el punto es el punto, la recta es una sucesión infinita de puntos, y todoslos demás me chupan bien el “choto”, la “pija”, la “verga”, la “garompa”, la“changa”, la “poronga” o como carajo le digan ustedes al pitulin”.
Y así dejo planteado un axioma para saber de quese discutía a partir de ahí.
En este caso, el de esta nota, el “axioma” seria: “la sociedad es una instancia superadora del individuo”, lasociedad es “mas” que losindividuaos que la componen. Es decir, “eltodo es mucho mas que la simple suma de las partes”.
De lo que puede desprenderse que “la sociedad es una construcción social(valga la redundancia)”.
Somos nosotros, la sociedad (en su amplio sentidotemporal y espacial) los que construimos a Saddam.
Saddam es un producto social, tanto como mibisabuela irlandesa.
Si Saddam es un problema, es un problema de todos.
Y cuando nos “cargamos”a Saddam lo que estamos haciendo es llevar a la sociedad al nivel del individuo.
Es decir, la degradamos, la pulverizamos.
Convertimos los valores éticos y morales de ungrupo que se siente “dios”, pero queen realidad “leen el evangelio segúnHitler a la hora de almorzar”, como bien dice el Indio Solari, el los valoresde todos.
Llevando de esta manera el “totalitarismo” a sumas alto grado de expresión.
Cuando “asesinamos”a Saddam, invalidamos uno de los componentes constitutivos de la sociedad, lahistoria.
Los muertos no hacen historia.
Como mucho se hace historia con los muertos.
Los vivos la hacen.
Es lo mismo que cuando lo demonizamos.
“el monstruoSaddam”.
“el monstruoHitler”.
“monstruoslas pelotas”.
“humanos,mas que humanos”.
Al deshumanizarlos creemos que “exorcizamos” todos los demonios quesus nombres proyectan sobre nosotros, cuando en realidad, solo su “humanización” nos permite entendercuales son los verdaderos motivos por los cuales los hemos engendrado.
O no les gustaría un Saddam vivo que pudieseexplicar su rol durante la Guerra Fría,sus alianzas con los USA y la URSS.
Su servicio como mercenario del poder imperial deturno.
O acaso no les gustaría ver a los genocidasargentos señalando con su dedo a los hijos de puta que los sostuvieroneconómicamente, y a los boludos como yo que gritábamos impunemente “el que no salta es un holandés”.
Ya lo dijimos antes, en otra nota, “la muerte clausura”.
Quiero un Saddam, un Pinochet, un Videla, unFranco, vivos.
No enjuiciados por “la gracia de Dios”, sino rindiendo cuentas al pueblo.
“sin olvidoni perdón”.
Por otro lado.
Videla es un miserable.
Yo también soy un miserable.
Solo nos separa “cuan miserable es cada uno”.
Entonces es solo una “cuestión de grado”.
“matices”.
Si los quisiera de verdad tendría que matarme.
Un abrazo.