
Por LuísGonzález
Vala Moria Casandentro de su auto – burbuja - bunker de vidrios polarizados.
Vael icono de la sexualidad del “bendito paíscolonia” (que mal estamos bolú)
Vala “soñadora”.
Ensu limusina de ventanillas tapiadas.
Ydetrás de ellas.
Susojos tapiados tras lentes oscuros.
So,so oscuros.
Yla “Galactea” argenta cree que eligióno ver.
Queel mundo de la pobreza que la rodea se diluye en la penumbra artificial de su cocheespantajo.
Tiresias,el primer voyeur, no elige ver.
Raracondena por sentir lo que siente una mujer entre las piernas.
Extrañocastigo por ver la desnudez de la diosa de los ojos glaucos. Esos que ven más alláde lo que otros quieren mirar.
VaTiresias.
Viendo.
Viendosin amariconados lazarillos.
Intentando,con escasísima fortuna, que los otros vean.
Ojeandopor sobre las cabezas de los soñadores que no quieren ver.
Quecreen que eligieron no ver.
Yalgunos “Barbies” que intentancerrar los ojos.
O“nublar la visual” con hilerasinterminables de pinos berretas.
Osoñando de 22 a24.
Ensus barrios privados.
Allálejito por la ruta dos, o la tres, o la que mierda fuese.
Recostadosboca abajo sobre el pulcro césped recortado con los dientes.
Ycreen que eligieron vivir en el paraíso.
Yde su culín chorrea cacona colorada.
Mientrasen la villita.
Los“sellos” te ponen en vivo y endirecto la realidad.
Esaque ni se animan a filmar los putos cobanis travestidos en Oliver Stone.
Resucitanel suplicio y le prenden una vela al “GauchitoFoucault”.
Vana buscar a la madre del boludín de turno.
Delbardo al pedo.
Yla hacen arrodillar delante de todos los negros cumbieros en medio de lastiras.
Paraque todos miremos.
Ya los soñadores se les irritan los ojitos ciegos.
Ojitosrojos por falta de colirio.